
Algunos aspectos clave para aprender a investigar. Parte 2
Más que difícil, es ciertamente arduo, pero, a la vez posible, conocer el método científico, comprender sus etapas y adquirir, de forma progresiva, conocimientos necesarios para el desarrollo de competencias investigativas.
En un artículo anterior, dedicado a presentar algunos aspectos clave para aprender a investigar, puntualizamos reflexiones sobre las siguientes ideas: investigar implica planificación deliberada; la investigación es un proceso dinámico y circular; las etapas del proceso investigativo se encuentran interrelacionadas; y, es necesario distinguir entre la forma en que se presentan resultados de investigación y el proceso que lleva a obtenerlos.
En la presente entrega, nos proponemos continuar con la reflexión acerca de la aventura de aprender a investigar, presentando dos nuevos aspectos que también consideramos clave para la enseñanza y el aprendizaje de la investigación científica.
El reto de investigar: ni fácil, ni difícil
Existen muchos mitos acerca del aprendizaje y el desarrollo de investigaciones científicas. Bien sabemos que los mitos no siempre son mentiras o verdades, sino que, por lo general, incorporan un poco de ambas. En esta oportunidad, nos interesa reflexionar acerca de uno de los mitos que se escucha, de forma particularmente recurrente, en las aulas universitarias: “La investigación es muy difícil”.
Antes indicábamos que los mitos tienen algo de verdad y algo de mentira. Pues, hacer investigación científica, ciertamente, implica un trabajo complejo, sistemático y riguroso, que demanda competencias relacionadas con el conocimiento de las etapas del proceso investigativo, así como el dominio de técnicas y procedimientos de análisis de datos y presentación de resultados.
Igualmente, no es menos cierto que se requiere entrenamiento para adquirir y desarrollar dichas competencias, a base de experiencia. Ahora bien, hasta aquí nos habríamos referido exclusivamente a “la parte verdadera” del mito de que la investigación es difícil, lo cual nos llevaría a la pregunta: ¿Cuál es “la parte mentirosa” de dicho mito?
Veamos, para ser justos, habrá que advertir que revelar “la mentira del mito” que pretendemos aclarar no nos podría llevar al extremo de decir que investigar es fácil o sencillo. Más bien, requeriríamos enfatizar que, más que difícil, es ciertamente arduo, pero, a la vez posible, conocer el método científico, comprender sus etapas y adquirir, de forma progresiva, conocimientos necesarios para el desarrollo de competencias investigativas.
Paradójicamente, con frecuencia se suele alimentar otro mito, en apariencia opuesto al de la dificultad: “investigar es fácil”. ¿Cuándo se alimenta “el mito de la facilidad”? A nuestro parecer, este mito se alimenta cuando, de forma poco realista, se invita a estudiantes a desarrollar procesos investigativos en periodos de tiempo reducidos y sin dedicar un mínimo de atención a la comprensión de las características y la naturaleza del proceso investigativo.
En este caso, parece asumirse que es posible hacer investigación científica sin comprender la lógica y naturaleza del método científico, o la forma en que se interrelacionan las etapas del proceso investigativo. Se tiende a reducir el aprendizaje de la investigación a la simple escogencia entre opciones denominadas como “tipos de investigación”, sin profundizar en los criterios metodológicos y epistemológicos que resultan definitivos de las decisiones investigativas.
La correspondencia entre las etapas del proceso investigativo
Para iniciar este segundo punto, es importante señalar que este punto guarda estrecha relación, de forma particular, con tres de las ideas sobre las que ya hemos reflexionado en un artículo anterior, referido al inicio de este artículo:
- La investigación implica planificación deliberada
- La investigación es un proceso dinámico y circular
- Las etapas del proceso investigativo se encuentran interrelacionadas
La primera idea tiene que ver con algo sobre lo que hemos insistido reiteradamente: en investigación, ningún paso o acción surge de manera espontánea o por efecto del azar, sino que responde a decisiones metodológicas. Consecuentemente, la naturaleza dinámica y circular del proceso investigativo, y la interrelación que une sus etapas implica, necesariamente, que las decisiones tomadas en cada una de ellas sean determinantes para todo el proceso.
En efecto, el proceso investigativo es dinámico y circular porque, al estar sus etapas interrelacionadas, conforme se avanza en él y se profundiza en el conocimiento del fenómeno estudiado, se requiere prestar atención a la relación de correspondencia de las distintas etapas y sus respectivos productos, de manera que sea posible asegurar la coherencia de la investigación en su conjunto.
Existe una relación de correspondencia entre la existencia de conocimiento previo acerca del tema y el problema de investigación (Antecedentes de investigación: Estado de la cuestión), las metas del estudio, formuladas en los objetivos de investigación; el sustento teórico desarrollado en la perspectiva teórica (la teoría); y la estrategia metodológica definida para el cumplimiento de las metas del estudio, la cual, involucra la definición de la población y sujetos de estudio, el diseño de los instrumentos y la definición de las características específicas del estudio a realizar (tipo de estudio).
Referencias
Imagen de Cindy Lever en Pixabay.

Algunos aspectos clave para aprender a investigar. Parte 2 por Luis Diego Mata Solís se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://investigaliacr.com/.
Luis Diego Mata Solís
Sociólogo. Profesor universitario con experiencia en Investigación. Co-fundador de Investigalia. Contacto: luisdmata@investigaliacr.com


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